En medio de la creciente conciencia ambiental y la búsqueda de alternativas sostenibles, los términos biodegradable y compostable se han vuelto cada vez más comunes en productos y materiales. En este artículo, vamos a explorar en detalle qué significa que un plástico sea compostable y cómo se diferencia de un plástico biodegradable.
¿Qué es un material biodegradable?
Un material biodegradable es aquel que puede descomponerse en elementos químicos naturales por la acción de agentes biológicos como las bacterias, las plantas o los animales, junto con otros agentes físicos como el sol o el agua. En condiciones ambientales que se dan en la naturaleza, estos agentes transforman el material en nutrientes, dióxido de carbono, agua y biomasa. En este proceso, el material se va fragmentando en piezas cada vez más pequeñas hasta que finalmente no queda evidencia física de su existencia.
Por ejemplo, el lino y el algodón son dos materiales que tardan entre 1 y 5 meses en biodegradarse, mientras que para la lana, este tiempo puede ser de entre 1 y 5 años. Sin embargo, en el caso de los plásticos, como el PLA (ácido poliláctico), creado a partir de la fermentación de fécula de maíz, trigo o patata, puede tardar más de 20 años en biodegradarse en la naturaleza.
Tener en cuenta que el tiempo de biodegradación puede variar según los tratamientos y procesos a los que se haya sometido el material. Algunos tratamientos, como la tinción con metales pesados, pueden impedir la biodegradación completa y generar sustancias químicas contaminantes.
¿Qué es un material compostable?
Un material compostable es aquel que puede ser degradado por la acción de organismos, como microorganismos o lombrices, produciendo dióxido de carbono, agua, compuestos inorgánicos y biomasa en un periodo de tiempo controlado. El compostaje es un proceso de aceleración controlada de la descomposición de restos orgánicos, que resulta en la obtención de composta, un producto rico en nutrientes para el suelo.
El tiempo que un material tarda en ser compostado depende de varios factores, como los organismos descomponedores, la temperatura y la humedad. Algunos materiales pueden ser compostados de forma doméstica e industrial, mientras que otros solo pueden ser compostados de forma industrial en condiciones más favorables al proceso.
Para que un material sea considerado compostable según la norma EN 13432 del Comité Europeo de Normalización, debe cumplir los siguientes criterios:
- Degradar al menos un 90% de su masa total en un plazo máximo de 6 meses.
- Estar completamente fragmentado en partículas de tamaño inferior a 2mm x 2mm después de 12 semanas.
- Controlar la ecotoxicidad del humus y cumplir con los estándares detallados.
- No contener metales pesados.
La compostabilidad es un concepto clave para la sostenibilidad, ya que permite gestionar el fin de vida del producto de manera circular. Al elegir materiales compostables, contribuimos a un futuro más limpio y saludable para nuestro planeta.
Diferencias entre biodegradable y compostable
La diferencia clave entre biodegradable y compostable radica en el proceso de descomposición y el tiempo que lleva. Mientras que los productos biodegradables se descomponen de forma natural a lo largo del tiempo, los productos compostables tienen la capacidad de descomponerse completamente en un período de tiempo relativamente corto bajo condiciones específicas de compostaje.
Los productos compostables están diseñados para descomponerse eficientemente en un entorno de compostaje controlado, donde se controlan factores como la temperatura, humedad y nutrientes. En este proceso, se convierten en nutrientes ricos en el suelo, sin dejar residuos tóxicos.
Por otro lado, los productos biodegradables se descomponen a través de procesos naturales sin requerir condiciones de compostaje específicas. Sin embargo, su descomposición puede llevar mucho más tiempo y puede generar subproductos que no son necesariamente beneficiosos para el medio ambiente.
Al elegir productos sostenibles, es importante entender estas diferencias y optar por aquellos que se ajusten a nuestras necesidades y a los sistemas de compostaje disponibles. De esta manera, podemos tomar decisiones más informadas para minimizar nuestro impacto en el medio ambiente.
El camino hacia un futuro sostenible
En nuestra búsqueda por reducir la huella ambiental, los materiales compostables y biodegradables emergen como aliados clave. Su capacidad para descomponerse de manera más eficiente y segura nos brinda la oportunidad de transformar la manera en que producimos y consumimos. Al elegir conscientemente estos materiales, estamos contribuyendo a un futuro más limpio y saludable para nuestro planeta, donde la sostenibilidad es el pilar central de nuestras elecciones.
Tener en cuenta el impacto ambiental de la elección de materiales. Un material biodegradable no siempre es compostable, y un material compostable puede tardar mucho tiempo en descomponerse en la naturaleza. Por lo tanto, es fundamental desechar estos materiales de manera adecuada y utilizar los sistemas de compostaje disponibles.
En futuros artículos, exploraremos otros materiales sostenibles, como los bioplásticos, y cómo gestionar sus residuos de manera adecuada. Pero por ahora, recordemos que cada elección que hacemos puede marcar la diferencia en la construcción de un futuro más sostenible.
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